'Conversaciones de Mayores' de ABC y la Fundación "la CaixA"
«Nunca es tarde para ver nuevos horizontes y tener la mente activa»
Varias expertas aseguraron en este foro que tener más edad supone un momento idóneo para crear ideas útiles, originales y valiosas para cualquier contexto de la vida
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No hay excusas. Se puede ser creativo a cualquier edad. Ser mayor no es un impedimento, sino una oportunidad para fomentar esta habilidad que permite crear ideas originales, valiosas y muy útiles en cualquier contexto o situación. «Estaba deseando jubilarme para poder hacer todo aquello que por mi vida laboral en el ministerio de Defensa no podía realizar y ahora me siento feliz porque veo colmada mi inquietud constante por aprender y crear», confesó con gran estusiasmo Azucena Vicente Martín, de 67 años, durante el encuentro 'Conversaciones de Mayores' de ABC y la Fundación "la Caixa" celebrado bajo el título 'Mayores y creatividad'.
Anna Soldevila, doctora en psicopedagogía, profesora en la Facultad de Educación y responsable del Programa Senior en la Universidad de Lleida, apuntó que nunca es tarde para descubrir nuevos horizontes y mantener la mente activa. «No importa si una persona no se considera creativa: todos tenemos potencial de serlo. Esta habilidad se cultiva con la práctica y el interés constante. En realidad, cuando la persona es mayor está en el momento perfecto para explorar y fomentar esta capacidad porque tiene más tiempo para dedicarse a aquello que más le interesa despertando en ella la creatividad suficiente para enfrentarse a los desafíos y adaptarse a situaciones cambiantes. En lugar de preocuparnos y quedarnos atrapados en la rutina, podemos buscar nuevas fórmulas para afrontar obstáculos diarios. La creatividad nos impulsa a buscar nuevas oportunidades».
Advirtió, no obstante, que la creatividad «no se limita, como muchos creen, a la expresión artística, a pintar un cuadro o escribir una canción, sino a encontrar soluciones innovadoras en la vida cotidiana. La buena noticia es que se puede aprender, desarrollar y ejercitar a cualquier edad», insistió.
Pilar Ruiz-Va Palacios, filóloga, profesora jubilada en la UNED y responsable del taller ‘Escritura de la memoria’ en esta universidad, recordó que al cumplir los 70 años recibió una llamada en la que le comunicaron que no podía seguir dando clase por su edad. «Fue un gran disgusto para mí, ya que estoy en plenas facultades, y para mis alumnos (el menor de 61 y el mayor de 81 años), puesto que las clases eran un punto de encuentro fabuloso donde se trabajaba la creatividad a cada minuto».
Recordó que en una ocasión les dijo a los participantes del taller que hicieran un relato sobre un objeto. «Uno escribió como si él fuera la torre de la Iglesia que observaba el paso de la gente y cómo se marchaba del pueblo y se quedaba casi abandonado con los años; otro alumno expresó lo que sentía una mesa de comedor tras días de almuerzos de una pareja que se hacía mayor y llegaban los hijos, los nietos...; otra alumna, de 92 años, describió todo lo que ocurría delante de un espejo de un burdel. Cada uno utilizó toda su sensibilidad, conocimiento, experiencias de vida, relaciones familiares... para expresar su relato. Fue fantástico. Ellos crecieron en autoestima al ver que eran capaces de hacerlo y entusiasmar a sus compañeros con su lectura».
Seguir siendo útiles
Explicó que al suprimir el taller, los alumnos se unieron y lograron un local para continuar al margen de la universidad. «Es una muestra de que los mayores tenemos gran interés por seguir siendo útiles, aprender y expresar nuestra creatividad. Nos hacemos mayores, pero no tontos. Aún podemos lograr grandes cosas».
Azucena Vicente Martín añadió que «sin creatividad no hay vida. La llevamos dentro y en algunas personas está dormida y hay que animarles a despertarla». Sin embargo, Soldevila matizó que la creatividad no es un proceso simple, sino que implica varios componentes: información y conocimiento, formación y experiencia, pensamiento divergente, convergente, motivación y pasión. «La buena noticia es que se puede cultivar y nutrir a cualquier edad. Para ello, es necesario fomentar la curiosidad, la participación, colaboración, la mente abierta y tener ganas de aprender constantemente».
Aún así, Vicente Martín insistió en que hay personas que sienten que no pueden ser creativas. «Hay que animarlas a descubrir que sí pueden. De jóvenes han tenido muchas obligaciones familiares, laborales... Ahora es cuando de verdad empiezan a vivir sin tantas ataduras y pueden ampliar conocimientos. Yo hago yoga, pintura, baile, defensa personal... Me siento en mi mejor momento. Hay miles de cosas para hacer cada día».
Punto de partida
Anna Soldevila reconoció que no todos los mayores parten de la misma situación, y menos aún en la España rural o vaciada. «Primero hay que tener bien cubiertas las necesidades básicas. En muchos, la soledad pesa demasiado, y hay que apoyarles. Necesitan que alguien les empuje a la acción. Hay quienes sienten que no pueden o no valen por traumas de la infancia que dañaron su autoestima. Es una cuestión a revisar porque hay veces en que la fuerza no puede venir de uno mismo. Requiere la ayuda de un familiar, un vecino o un profesional para salir de la zona de confort y acudir a un museo, una exposición... que les abra la mente porque la inspiración viene de cualquier lugar».
Ruiz-Va Palacios animó también a dar un paso adelante. «No se deben frenar porque alguien diga '¿A tu edad vas pintar cuadros o a hacer teatro?' ¡Pues sí! Me gusta, me entretiene, conozco a gente y me hace feliz. Y ya está. He visto a personas de 80 y 90 años que se han sacado un doctorado. Debemos poner en valor el placer, el autoconocimiento y el creer en uno mismo».
Las tres ponentes asintieron que hoy una persona octogenaria tiene unas inquietudes y calidad de vida muy distintas a las de una persona de 80 años de generaciones pasadas. «Las administraciones, organizaciones y sociedad deben crear las condiciones adecuadas para dar respuesta a sus demandas para que puedan seguir desarrollándose como personas», reclamó Palacios.
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Soldevila añadió, no obstante, que no todo debe resolverlo el Estado. «Los mayores también deben tomar la iniciativa y buscar soluciones de forma activa. No podemos esperar a que alguien nos resuelva todo. Si no queremos ir a una residencia, unámonos, por ejemplo, para convertir un hotel en apartamentos con zonas comunes y servicios adaptados a nuestras necesidades. En nosotros también está la solución».
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